lunes, 14 de septiembre de 2009

Durmiendo con el enemigo (Sermón domingo 13 de Septiembre)


Introducción

En alguna parte oí la siguiente charla entre un eminente cristiano y uno de esos jóvenes indecisos y preguntones que abundan por estos rumbos.
—Dígame, pastor, — preguntó el joven — ¿es malo el cigarrillo?
— ¿Es usted creyente?
— Yo sí; pero todavía fumo cigarrillo.
—Oiga esta historia — respondió el pastor— : En la Segunda Guerra Mundial, un aviador salió de su base a fin de atacar en determinado sitio. Ya lejos de la tierra, notó que una rata roía las cuerdas del paracaídas. El aviador en vez de volver a tierra, conocedor como era de la poca resistencia de las ratas a las alturas, elevó su aparato, hasta que las ratas murió a consecuencia de la elevación. Así pasa con nosotros, amigo mío. Si las ratas del vicio están cortando los hilos de nuestra comunión con Dios, esto implica que volamos bajo, muy bajo, tan bajo que el ambiente es propicio para las actividades del vicio. Pero si volamos a considerable altura, como cosa muy natural, la rata de los vicios dejarán de perjudicarnos porque estallarán a causa de la altura.
Amigo lector, si usted todavía es victima del vicio, elévese, elévese, hasta que sus vicios pierdan todo su poder.

1. Jesús tuvo que enfrentar la tentación como hombre y no como Dios.

Al leer el evangelio de Lucas me encontré con una frase que me llamó la atención: “Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto…”
¿Cómo alguien que es Dios mismo puede estar lleno del espíritu? Lo que me llevó a meditar que Jesús no utilizó ninguna de sus virtudes como Dios para enfrentarse a Satanás. Cuando fue impulsado por el Espíritu Santo al desierto iba en su naturaleza de hombre, sintiendo cansancio, insolación, sed, hambre. Dicho de otra manera nos dio un ejemplo de cómo soportar la tentación y hacerle frente a nuestro enemigo.
Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados. (Hebreos 2.18)
2. Satanás aprovechará tu debilidad

Muchos de nosotros pensamos que Satanás llegó hasta pasados cuarenta días de ayuno en el desierto. No fue así. Según el evangelio de Lucas (el más completo a mi parecer) Jesús estuvo siendo tentado durante cuarenta días seguidos:

y fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre.

Satanás estuvo observando pacientemente a Jesús, a lo mejor desde lejos, acechándolo como un león rugiente esperando el momento oportuno. Dicho momento llegó cuarenta días después cuando Jesús, después de haber ayunado tuvo hambre.
Satanás aprovechará tus debilidades para hacerte tropezar y desviarte del camino.

sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. (Santiago 1.14-15)


3. ¿Cómo resistió Jesús?

No nos olvidemos de la naturaleza humana de Jesús al resistir al tentador. El escritor de hebreos nos dice que el padeció la tentación y Lucas nos da a entender que fue durante cuarenta días. Entonces ¿Qué hizo Jesús? Nos dio el ejemplo de cómo se le debe resistir al tentador. Durante la conversación que sostuvo en contra de Satanás Jesús no dijo otra cosa que porciones de las escrituras. La palabra de Dios es nuestra espada y la fe que pongamos en ella nuestro escudo para resistir la tentación.


Conclusión

Al comprender esta meditación me doy cuenta que Jesús padeció esta tentación por cuarenta días y resultó vencedor ante un enemigo que quería aprovecharse de su necesidad al padecer hambre y que fue vencido refugiándose en las escrituras. Lucas menciona que después que todo esto pasó se alejó de el por un tiempo. La batalla a librar contra Satanás será durante todos los días de nuestra vida y aunque parezca en ocasiones que el enemigo gana terreno no nos defraudemos porque la escritura dice que somos MAS QUE VENCEDORES EN CRISTO JESÚS

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